jueves, 2 de diciembre de 2010

Acueducto de diciembre

¿Quién dijo 'puente'?

Los días de descanso durante el puente de diciembre son uno de los alicientes más esperados y que nos ayudan a combatir el frío intenso, pero, seamos sinceros, las vacaciones son cortísimas para todos.

¿Para todos? Si existe un colectivo que no puede quejarse de los grandísimos periodos sin hacer absolutamente nada, ése es el de los estudiantes universitarios. Y no hablo como una ancianita ignorante que afirma que "todos los jóvenes son groseros, vagos y se drogan", sino que hablo desde el punto de vista de una estudiante de licenciatura.
Probablemente, si algún estudiante de medicina o de física cuántica lee estas líneas (lo cual dudo), lo primero que piense es en desmentir estas verdades, pero antes de que escriba un comentario obsceno pidiendo el cierre del blog (nunca se sabe lo que te puedes encontrar en 'comentarios'), hay que aclarar que, evidentemente, me refería a los universitarios "normales". Aquellos que pueden pasar horas en la cafetería jugando al mus sin que por ello peligre su nota, no esos otros a los que les ahogan los exámenes y los trabajos.

Siempre ha existido la mítica frase que reza: "¡qué bien viven los universitarios!".
En época de exámenes, todos nos las vemos y nos las deseamos para encontrar el maldito sentido a esa expresión, pero hay que reconocer que, el resto del año, gozamos de una libertad y un descanso que, aunque a veces viene acompañado de épocas de estrés, quien no lo disfruta es porque no quiere.


A jueves, dos de diciembre, yo ya estoy de puente. Un puente de nada más y nada menos que casi diez días: de jueves a miércoles y, el jueves siguiente, después de tres horas de clase (que algunos, con toda lógica, se saltan), fin de semana de nuevo desde el jueves por la tarde hasta el lunes por la tarde de dentro de tres semanas. ¿No es esto un auténtico chollo?

Con esto no pido que se acorten las vacaciones, ni mucho menos. Sólo pretendo hacer constatar lo afortunados que somos algunos por poder llevar la vida que llevamos: con tantas fiestas, descanso, sin preocupaciones ni apenas responsabilidades. Para todos aquellos que no tienen tanta suerte y sus vacaciones duran cinco días o menos: ¡Disfrutad del puente de diciembre!

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