miércoles, 6 de octubre de 2010

Reportajes y puntos de vista. ¿Todo vale?

Vuelvo a recurrir al blog de Rafael Díaz Arias, 'Periodismo Global', para reflexionar sobre el periodismo actual y, en concreto, sobre los reportajes que se emiten por televisión. En esta ocasión, echaré mano de la entrada que Díaz publicó el cuatro de mayo de este año, en la que se evalúa el nuevo estilo de reportaje que está triunfando en la 'tele' y que, en contadas de ocasiones, no respeta ni a los protagonistas del mismo, ni al espectador al que se dirige.

El vídeo de los niños sicarios que Díaz incluía en su blog se eliminó de la red, pero esto no implica que no se haya emitido. De hecho, continúan produciéndose reportajes en los que los protagonistas son menores. Si estos trabajos tratan sobre la infancia e incluyen temas que resultan positivos para la cultura social, entonces no parece haber problema en cuanto a su emisión se refiere. Solamente se pone el grito en el cielo cuando en este tipo de reportajes el niño hace declaraciones 'políticamente incorrectas' o aparece en actitudes que no corresponden a su edad (véase el caso de niños guerrilleros, menores explotados sexualmente, etc.).
Estos críos son ajenos al fin del trabajo del periodista, quien les asombra con la cámara en mano y una mente interesada en una vida que sus protagonistas consideran vacía. Ni el profesional ni los entrevistados se preocupan de la moral oculta tras un reportaje de este tipo. O tal vez sí, pero se justifican diciendo que están mostrando la realidad tal y como es.
Señoras y señores, mantengamos los pies en el suelo y reflexionemos un poco: en una sociedad en la que las imágenes pedófilas y relacionadas con la pederastia cada vez están más perseguidas, en un entorno en el que la imagen de los menores está más protegida de lo que lo ha estado nunca (hasta el punto de que la mismísima Esteban se ha enterado), ¿realmente es lícito sacar a niños en reportajes de este tipo? ¿Podemos permitir la ley del 'todo vale' por mostrar la verdad y ganar más cuota de audiencia?
La razón me dice que el vídeo eliminado del niño sicario es sólo el comienzo de un proceso en el que se luchará por los derechos fundamentales de los menores, quienes serán protegidos de recordar experiencias traumáticas y de utilizarlas para hacer espectáculo y mantener las audiencias.

Al contrario de lo que pueda parecer, vídeos como los que aparecen en 'Periodismo Global' no son tan inusuales como muchos piensan. De hecho, algunas de las producciones se emiten en televisión y permanecen en la red durante muchísimo tiempo. Esto no sería tema de debate si el espectador conociera de antemano el contenido que va a aparecer en el reportaje anunciado y si se advirtiese de que algunas imágenes y declaraciones pueden herir la sensibilidad de las personas. Sin embargo, el vídeo de Jon Sistiaga (el de los 'Baby sicarios'), que fue emitido en la cadena Cuatro, no avisaba al espectador de la violencia del reportaje. Ahí está el quid de la cuestión.
¿Debe ser sacrificada la advertencia sobre los contenidos en favor de la cuota de pantalla? Y volvemos a la misma pregunta de antes: ¿Todo vale por mantener a la audiencia pegada al televisor?
Por el bien de todos, espero que la respuesta sea negativa.

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