viernes, 7 de enero de 2011

Ya vienen los Reyes... con las manos vacías

El Día de Reyes pasó otro año más y, con él, también se acaban las fiestas más entrañables del año (y las favoritas para muchos).
No pretendo comentar lo que me han regalado Melchor, Gaspar y Baltasar (y el Olentzero y Papá Noel también, ¿por qué no?) que, por cierto, han sido bastante justos acorde con lo buena (o no tan buena) que considero que he sido.

Lo que más ha llamado la atención a los Reyes Magos y a sus pajes, a Santa Claus y a sus duendecillos y ayudantes varios probablemente haya sido la cantidad de cartas de niños españoles pidiendo como regalo de Reyes un trabajo para sus progenitores.
Y esto no lo digo yo, sino que ha quedado reflejado en muchos testimonios de personas que se han empapado de la Navidad y que han colaborado para que los niños y niñas pudiesen sentarse en las rodillas de alguien y contarles sus deseos y regalos para este recién estrenado 2011. Esperando encontrarse una experiencia bonita y gratificante, algunos se han quedado a cuadros cuando los hijos de familias a las que la crisis está machacando han renunciado a los caprichos para pedir que la magia de estas fechas solucionen los problemas económicos que asfixian a sus padres quienes, lamentablemente, no podrán conceder a sus vástagos los regalos que ellos más desean.

Queda más que demostrado que en estos años de crisis los Reyes Magos van a repartir pocos regalos y sí mucho ánimo y esperanzas para que los "niños de la crisis" puedan disfrutar de estas fiestas tanto como las hemos disfrutado los demás.

Por todo ello, creo que muchos concidirán conmigo en que por fin podemos decir que acabó la Navidad.


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